Esta mańana, y sin tener nada que lo justificara, he recordado la pelicula El club de los poetas muertos (que por cierto, hace bastante que no veo) y uno de esos penamientos que dan nombre al blog se ha instalado en mi cabeza.

He empezado a darle vueltas a las terribles diferencias que pueden existir entre lo que deseo y lo que moralmete debo desear, lo que yo quiero y lo que socialmente es aceptable que quiera. Me he dado cuenta, que despues de llevar un buen tiempo renegando de la palabra "pareja", cuando ha aparecido alguien que se ha dado personalmente mas de lo que estaba acostumbrado a recibir, ya estaba pensando en esa relaccion como futura "pareja".
Y es lo que yo he querido?

No soy capaz de darme una respuesta ahora mismo, pero creo que debe estar mas cerca del "no".
Me parece que por mucho que socialmente se nos intente convencer de que la estabilidad es el objetivo a seguir en todas las empresas que afrontemos, creo que cada vez mas nos autoconvencemos que la sorpresa y la espontaneidad merecen mas la pena. O por lo menos, quiero creerlo... puede ser que le tenga un odio desmesurado a la costumbre, a la rutina, al hacer las cosas por que si... porque estan bien, pero opino que nos estamos convirtiendo en celosos guardianes de nuestra intimidad, de disfrutar a ratos de esos momentos de soledad, y que poco a poco gana enteros las situaciones aisladas en las que no hay nada preparado o prestablecido, y que simplemente ocurren
Puede sonar a incongruencia y contradiccion, pero realmente lo creo asi.
Hace 4 dias que no se me pasa por la cabeza la palabra pareja como objetivo a seguir, y creo que tambien esa situacion tiene parte de culpa de esta entrada.

No se muy bien cual es la conclusion a esta parrafada, son las 8:30 AM y creo que no es el mejor momento para disertar sobre relacciones sociales, asi que dejemoslo aqui antes de liarlo aun mas ^_^

Sin mas ... Carpe diem