De forma habitual, no recuerdo que es lo que sueño. Solo en ocasiones puntuales, como, por ejemplo, despertarte con el típico calambre en el gemelo, parece que soy capaz de recordar algo de lo que estaba soñando... pero desaparece a los pocos minutos sin dejar ninguna señal. 

Y como, además, cuando sucede algo imprevisto como lo del calambre mencionado, suele ser porque hay algo que requiere toda mi atención, no suele dejar mucha huella el desvaneciente sueño.

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Pero cuando te suena el despertador es de improviso, así que te tienes que acordar de algo todos los días

Pues no, porque yo me despierto antes de que suene el despertador, da igual a qué hora lo ponga. Cuando tenía un reloj analógico, tenía su justificación en que escuchaba los engranajes que se movían antes de que sonara y me despertaba, pero ahora con el móvil, ni idea. No sé, será un superpoder o algo, que me mordió un reloj de cuco radioactivo... 

 

... ya que pueden pasar meses o años entre las conjunciones que me permiten recordar sueños. Por ejemplo, en mis sueños tengo varias posesiones inmobiliarias, y siempre son las mismas. De hecho, en uno de los sueños se producía la venta de uno de ellos, y así ha permanecido en el hilo argumental de mis historias oníricas. Lo que es más curioso, es que habitualmente les ocurren cosas fuera de cámara, es decir, que entre que aparece un sueño en el que salen uno de los inmuebles, te encuentras siempre sorpresas, como que lo han ocupado, o que le ha entrado agua, o que te dejaste comida en la despensa y ahora habitan allí una familia de mapaches. 

En estos momentos, tengo oníricamente hablando, un apartamento que tiene varios acuarios, además en funcionamiento autónomo porque no piso por allí en años, y empezó a aparecer en sueños cuando me dio la fiebre de criar discos en el acuario hará más de 25 años, y allí podía montar la locura de instalaciones que se requiere para tal empresa. La fiebre paso en el mundo real, pero en sueños, sigue estando activa. 

Otra es un local comercial en los bajos de un edificio de apartamentos, lo cual lleva a grandes representaciones tipo Aquí no hay quien viva, ya que hay una habitación que esta compartida por algún motivo extraño ya que es el acceso a las calderas del edificio y la zona de congeladores del local, porque el local no tiene ninguna actividad, pero tiene varios congeladores funcionando. Este es el que más sorpresas genera, porque habitualmente los vecinos de local que tienen un bar se cuelan a usar los congeladores, o los residentes de la comunidad construyen muros y puertas para que no se pueda acceder a la habitación compartida.

Y el tercero es el que se vendió en sueños, y era otro piso en un edificio estilo victoriano, con los techos altísimos, los suelos de parqué y que siempre hacia un frio de narices. La gracia de este piso era que en uno de los baños tenía un acceso a un balcón en un entresuelo que no estaba incluido en las escrituras, y que generaba también líos y follones ya que no te podían ver desde la calle utilizando el balcón, pero claro, era un balcón. Bueno, por eso lo vendí, supongo, por la ansiedad que me generaba y porque si no recuerdo mal, en uno de los sueños me caía intentando acceder al balcón secreto, y claro, nadie conocía donde estaba.

Bueno, pues esas son mis peripecias oníricas inmobiliarias, a ver si me pongo un rato con el diseño y hago que parezca algo de este siglo...